martes, 11 de diciembre de 2012

LAS FUENTES DE TRADUCCIÓN EN LENGUA ORIGINAL UTILIZADAS POR CASIODORO DE REINA



                                 
                                      Biblia rabínica de Ben Hayim

Las fuentes de traducción en lengua original utilizadas por Casiodoro de reina para el Antiguo y el Nuevo Testamento. 


A) Fuentes para el A.T.: el texto hebreo de Jacob ben Hayim ibn Adonijah, la Biblia de Bomberg (1524-1525)

            A partir del siglo xvi se aceptaban, de modo casi universal y se tomaban como textus receptus, para el Antigo Testamento, la Biblia hebrea, el texto de Jacob ben Chayim ibn Adonijah. Ben Chayim, judío tunecino de origen español convertido al cristianismo, es quien edita la segunda biblia rabínica publicada en Venecia entre los años 1524 y 1525. El impresor es Daniel Bomberg (de ahí que también se la conozca como «Biblia Bombergiana»). Y si decimos «segunda» Bíblia rabínica, es porque la «primera» ya había sido editada por Félix Pratensis, también en Venecia y con el mismo impresor Bomberg, en 1516 – 1517. 
            El texto ofrecido por Chayim presentaba el texto hebreo en el centro junto con la masora grande, pequeña y final, y también el Targum. A su alrededor ( por arriba o a los lados) aparecían los comentarios de Ibn Ezra y Kimchi, entre otros. Esta versión Bombergiana perduró como texto prácticamente indiscutible para el Antigo Testamento durante más de cuatrocientos años hasta llegar al mismo Kittel que lo utiliza en las dos primeras ediciones dela Biblia Hebraica Kittel (BHK). A partir de la tercera edición el texto utilizado no será el de Chayim sino el de Ben Asher, tal cual aparece en el códice de Leningrado (B19a), cuyo manuscrito se data en 1008. Parece que los manuscritos manejados por Chayim eran, en todo caso, menos antiguos pues su datación es posterior al siglo xii. Como sabemos el texto base utilizado hoy día como referencia para el Antiguo Testamento es el de la Biblia Hebraica Stuttgartensia (BHS) que sigue  ofreciendo el códice leningradense.



B) Fuentes para el N. T.: El  Novum Instrumentum Omne de Erasmo (1516)

Para el Nuevo Testamento en griego el texto utilizado era el que Desiderio Erasmo había elaborado, de un modo un tanto apresurado, en su intento por competir en el tiempo de la edición con la Biblia Políglota Complutense del Cardenal Cisneros. La obra de Erasmo, titulada Novum Instrumentum Omne, ve la luz en Basilea el 1 de marzo de 1516, en la imprenta de Johann Froben[1]. El texto griego se acompañaba del texto latino traducido. Tuvo numerosas versiones  siendo la de Robert Estienne, del año 1550, la más difundida, y muy probablemente la que Reina utilizó. Como ya hemos señalado en el cap. I del presente estudio, Erasmo reeditará hasta cuatro veces su trabajo, introduciendo siempre correcciones destinadas a mejorarlo, algunas de ellas ya claramente tomadas de la Complutense. En 1534, Simon de Colines (1480-1546) prepara una nueva edición, fundiendo parte de las ediciones erasmianas con la complutense y añadiendo algunas correcciones tomadas de manuscritos del siglo xii.
            En 1633 Bonaventura y Abraham Elzevir, impresores de Leiden, reeditan el texto de Erasmo que presentan ahora como Textum ergo habes, nunc ab omnibus receptus: in quo nihil immutatum aut corruptum damus[2]. De ahí el apelativo receptus que pasó a ser aplicado a la edición del texto griego de Erasmo y que traducimos en castellano por «recibido», término que a su vez parece implicitamente conllevar pareja la noción de «aceptado».



                                              Erasmo de Rotterdam

            Respecto a otras traducciones que Casiodoro pudo tener a mano a la hora de confeccionar la suya, no cabe duda que la información de partida hemos de recabarla de nuevo y de primera mano, en la información que el mismo autor nos brinda su «Amonestación al Lector». Será centro de atención en un posterior post. 


Detalle Textus Receptus






[1] Si es cierto que la obra de Erasmo fue el primer texto publicado, no fue sin embargo el primer texto impreso pues el texto complutense sale de los tórculos de Juan Brocard ya en 1514, aunque finalmente no viese la luz pública hasta el año 1520, tras la muerte de Cisneros. Véase cap I. Las ediciones del texto griego, 51- 52.
[2] «El texto que [aquí] tiene entonces, es el que ahora es reconocido por todos: lo presentamos sin ninguna alteración ni corrupción». La traducción es nuestra.